miércoles, 2 de junio de 2010

" Lindando, lindo, lindar"


Una impresionante torre de unos 18 metros de altura, de planta cuadrada y gruesos muros. La Torre Blanca se levanta a los pies del escarpado meandro del río Guadalaviar, en Albarracín… Y citamos la Torre Blanca porque es una de las claves del proyecto de Joana Cera, que cuenta los peldaños que conforman su escalinata, del 1 al 120. Unos peldaños que junto a las puertas se convierten en símbolo para reclamar nuestra atención acerca de la experiencia de atravesarlos. Peldaños y puertas equivalen a cambios de estado.
La escultura cerámica, el video y la fotografía, han sido los instrumentos percutidos por Joana Cera para mostrarnos el mundo alrededor del umbral, de aquellos puertos que se independizan de su condición.


“Lindando, lindo, lindar” es una muestra que se incluye dentro de CERCO. La Feria Internacional de Cerámica Contemporánea, que terminó el pasado domingo 30 de mayo y que tuvo como objetivo, en esta décima edición, promocionar la vanguardia de la cerámica internacional. Y es que la relación de esta artista con la cerámica como elemento de creación plástica se afianzo tras su paso por el European Ceramics Work Center de Holanda.

Joana Cera, reúne en esta exposición obras creadas entre los años 1996 y 2007. Además de los trabajos que realizó durante su estancia en Albarracín, es posible contemplar dos trabajaos que giran en torno al tránsito de lo privado o lo público y viceversa. Se ubica en un umbral desde donde transita desde lo privado a lo público, y viceversa. Del ser ella misma, hermética, al ser para los otros, o exponerse. El origen gestual, que no hablado, del lenguaje. Esta es otra de las líneas de trabajo de Joana Cera que considera a los artistas como “hermanos de los poetas”.

Podremos descubrir todos los entresijos que nos propone esta artista multidisciplinar en la galería de arte Antonia Puyó hasta el próximo 3 de julio.
M.P.S.P

Encuentro con José Luis Cano

El mismo día del cierre de su exposición “Mujeres del siglo XX”, el pasado 31 de mayo, el dibujante, escritor y humorista José Luis Cano nos citó en la sala “Juana Francés” de la Casa de la Mujer, lugar en el que se exponía su muestra. Este artista, que es una de las figuras más relevantes en el panorama de las artes plásticas de Aragón, se define como alguien esquizoide, de profesión incierta y de arte perecedero. Sus ilustraciones de mujeres del siglo XX son un valioso homenaje a 35 mujeres valientes. Los retratos de Cano atrapan, a veces con tintes irónicos, la actitud de mujeres que el pasado siglo abrieron nuevos caminos en la sociedad y marcaron un antes y un después en las relaciones humanas.

Tras un amable saludo, Cano nos invitó a formularle cualquier pregunta, y nosotros le invitamos a visitar el “Blog Periodismo Cultural”, creado por alumnos de la Universidad de Zaragoza amantes del arte.

Es usted una persona de profesión incierta, a caballo entre el dibujo y la escritura. ¿No siente a veces la necesidad de definirse como una cosa o como otra?
No, en absoluto. Además ese “incierta” tiene otro sentido y es que todo lo que trabajo está llamado a desaparecer, ya sea en prensa impresa, en libros o en pinturas. Y luego siempre he tenido claro que soy un poco esquizoide y esta diversidad de trabajos me va muy bien.

¿Qué pretende al aliar la imagen con la palabra?
Pues ser más claro, a veces no sé si lo consigo pero bueno, yo creo que doy muchas más pistas al espectador cuando introduzco un texto en un cuadro. Como detrás de lo que hago hay ideas, si hay palabras a veces las ideas quedan más claras.

Hoy se cierra su exposición “Mujeres del siglo XX”, ¿En qué criterios se basó para escoger a las 35 mujeres retratadas?
Pues esto iba a ser un trabajo con Antón Castro, él iba a hacer las biografías y yo las ilustraciones. Entonces la lista la empezó él y luego nos juntábamos y cada uno aportábamos las que habíamos descubierto. Siempre decíamos que, aunque era una exposición de mujeres, estaba hecha por hombres y hacíamos mujeres que nos fascinaban.

Observamos distintos trazos en sus ilustraciones de mujeres. ¿Se debe esto a un gran espacio de tiempo entre unos retratos y otros?
Sí, las más caricaturescas son las primeras y las más sueltas y espontáneas son las últimas. Me parece que la caricatura implica una especie de intencionalidad que ahora no me apetece plantearme, sino que salga la cosa mucho más fluida.

Se puede observar en las ilustraciones que usted no retrata el lado más bello de las mujeres, sino que las retrata de mayores y con rasgos más duros. Esto, ¿a qué se debe?
Pues a que muchas son reconocidas por el trabajo que hicieron ya de mayores. He intentado situar a cada una en la época en la que más destacó, y después también he dependido de las fotos que había, claro (risas). Me he planteado reflejarlas en la época en la que ellas fueron decisivas en la Historia.

¿Tiene alguna otra exposición en mente en estos momentos?
En mente y a mitad, bueno, hecha ya (risas). Es para el año que viene en el Camón Aznar. Son dos series: una se llama “Heracles”, pero es un Heracles que no tiene nada de Heracles, y la otra no tiene nada que ver y se va a llamar Blancanieves (risas). Serán cuadros de pequeño formato.

Hemos visitado su blog y nos ha parecido muy completo y actualizado. ¿Cómo es para usted la experiencia de tener un blog y por qué decidió crear uno?
Decidí crearlo porque me pareció mucho más activo que tener una página Web. Así puedo autogestionar mi trabajo e irlo actualizando todos los días. La tira la pongo con un día de retraso para que en “El Heraldo” no me digan nada (risas). Luego hay secciones que han ido surgiendo un poco más de casualidad, como la de “Oído en el bus”, que son cosas que oigo en el autobús y que copio. Mi blog fluctúa entre el humor y el arte, estoy siempre moviéndome en ese territorio.

C. M.

martes, 1 de junio de 2010

De viaje a la primera mitad del siglo XX

El edificio Paraninfo inauguró el pasado 14 de abril la exposición El fotógrafo Luis Gandú Mercadal: Una crónica visual (1910 – 1930). Un conjunto de 159 fotografías positivadas a partir de los negativos originales del autor.

Esta muestra es una puerta al pasado, una mirada inquieta y curiosa a los cambios de las décadas de los 10, los 20 y los 30. Un testimonio visual de la época que Gandú Mercadal vivió, un reflejo de la sociedad que le rodeaba y de su mundo personal. Para ello la exposición se articula en torno a tres espacios temáticos. El primero versa sobre la propia figura del artista y de su entorno familiar, el segundo sobre la modernidad y el tercero sobre los toros.

En las fotografías de Luis Gandú Mercadal podemos ver los aires de cambio de la España de inicios del siglo pasado, como el inicio de la modernidad o la industrialización, en contraste con un fiel retrato de las costumbres y modos de vida de aquella época. Además, el material expositivo se complementa con una proyección audiovisual que introduce al espectador en la obra, lo que permite una mayor comprensión. Esta serie de instalaciones han cumplido su cometido, según la encargada del control de visitas a la exposición, Aixa Álvarez, ya que “la gente ha salido muy contenta, especialmente la gente mayor, que ha acudido en busca de recuerdos de un mundo que vivieron de cerca”. Aixa Álvarez también admitió que Luis Gandú Mercadal: Una crónica visual (1910 – 1930), comisariada por Juan Carlos Lozano y Ángel Carrera, “no está siendo tan multitudinaria como otras anteriores como Selecta, pero hay una buena afluencia de gente”.

La muestra también cuenta con materiales sonoros; y originales, copias y fragmentos del periódico La Crónica, diario zaragozano con el que Gandú Mercadal colaboró como reportero gráfico entre 1912 y 1913. Estos elementos consiguen trazar algunas características de cómo se desarrollaba el trabajo periodístico en esta época y de cómo se veía a la figura del fotógrafo. También se puede completar el visionado de la exposición visitando la sección cultural de la web de la Universidad de Zaragoza, www.unizar.es/cultura, (apartado de Exposiciones), donde se pueden descargar materiales sonoros complementarios.

El archivo fotográfico del desconocido hasta ahora Luis Gandú Mercadal está compuesto de 1.700 negativos, en su mayoría placas de vidrio y acetatos de diferentes formatos. Hasta hace un año se encontraba en manos de una colección particular pero ahora el archivo íntegro reposa en el Paraninfo, bajo la custodia de la Universidad de Zaragoza, donde se ha procedido a su limpieza, digitalización y conservación.

La exposición puede visitarse hasta el 18 de junio, de martes a sábados de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 21:00; y los domingos y festivos de 11:00 a 14:00.

M. V. S.